- A través de la plataforma Teams, se desarrolló la sexta sesión de acompañamiento a universidades en el marco de los convenios IDEClab con la Universidad Católica del Maule, la Universidad Central y la Universidad Bernardo O’Higgins.
El objetivo principal de esta instancia, fue presentar estrategias basadas en la evidencia para aumentar la participación de los y las estudiantes. En dicha ocasión nuestra jefa de investigación, Dra. Karla Lobos Peña; aconsejó a los y las asistentes sobre aquellas formas en las que el/la docente puede conectar con la comunidad estudiantil en el contexto de la docencia virtual.
El evento también contó con la presencia de la directora de IDEClab, Dra. Carola Bruna Jofré; la directora ejecutiva, Dra. Alejandra Maldonado Trapp; y el ingeniero de procesos, Ing. Rodolfo Zañartu Villagra; quienes se mostraron muy agradecidas/os por colaborar desde la experiencia con los y las docentes de las distintas universidades adheridas.
Por medio de una serie de estrategias que se explicaron en la sesión, la experta dio las claves para tener una mejor relación con los y las estudiantes, ante los desafíos que la distancia ha supuesto y las diferencias de estas salas de clases no tradicionales.
Dentro de estos obstáculos, se presentaron situaciones como no saber si detrás de la cámara está o no el estudiantado, si se realiza la transferencia de material, entre otros factores. “Eso generó mucha angustia y ansiedad en el/la docente y también en el/la estudiante, que a veces no sabe cómo participar en este contexto”; mencionó la doctora Lobos.
Otra de las desventajas mencionadas durante la charla, es no conectar del todo con el/la aprendiz, ni lograr que, dentro de su autonomía, interactúe con el material entregado a través de las plataformas virtuales. Esto requiere una mayor autogestión para que construya su conocimiento y compartirlo al/la docente en espacios como los foros, videoconferencias, evaluaciones por pares, etc.
Sin embargo, uno de los beneficios del uso de las aulas virtuales, es una mejoría en el rendimiento académico y la participación. Según lo postulado por la Dra. Lobos, los y las estudiantes “participan más y eso implica un mayor número de entradas, de visualizaciones de materiales y descarga, tiempo en plataforma y secuencia temporal”.
Debido a lo anterior, se manifiesta que mientras más sea el compromiso entre la relación docente-estudiante, entre compañeros y compañeras, o estudiante-contenidos; se logran mayores posibilidades de que persista en culminar la asignatura, incluso si le resulta difícil, favoreciendo su rendimiento en la finalización del semestre.
Recomendaciones basadas en la evidencia
Aprovechando las herramientas que entregan estos espacios virtuales en la educación, se ha logrado incrementar la participación de los/as estudiantes. Gracias a la diversificación de los canales comunicativos de estas plataformas, la interacción ya no es sólo del modo tradicional, sino que invita a que se empleen los mensajes instantáneos.
En esta misma línea, la articulación de grupos en aplicaciones de mensajería instantánea, ha contribuido a un mayor acercamiento en la relación docente y estudiante. Ante ello, la Dra. Lobos mencionó que: “esa percepción generó bienestar y valoración docente durante la pandemia, aunque hubo estrés adicional”. La sobrecarga se origina debido a que los/as alumnos/as no se regulan ante la ansiedad de recibir respuestas rápidas.
También, ha posibilitado que aquellos/as estudiantes que se sentían inseguros/as en un aula presencial, puedan opinar estando tras una pantalla mediante texto. “Sabemos que muchos y muchas no habrían realizado un comentario en forma verbal, si hubiésemos estado enseñando de la forma tradicional”, declaró la Dra. Karla Lobos.
En materia de datos, el uso de foros llamó la atención de los/as investigadores/as de IDEClab. Esto, tras descubrir que cerca de 20 mil estudiantes que cursaron asignaturas del primer semestre mejoraron su rendimiento tras su utilización.
Otra estrategia que colabora en la forma de conectar con la comunidad estudiantil, es iniciar la clase con una actividad que produzca una emoción positiva. Una dinámica de este tipo, realza el componente entre estudiante y profesor/a, ya que “cuando la sesión parte con un meme o se incentiva a los/as estudiantes a compartir algo, el inicio de clases sincrónicas se hace más llevadero y permite un mayor acercamiento en el aula”, finalizó la experta.